Rumbo a lo más alto.
Tras mostrar su enojo a la reina, el dragón y el ave de vistoso plumaje volaron juntos a lo mas del cielo para ver de cerca en qué se había convertido su preciosa perla.
La perla flotaba reflejando una luz clara con suaves matices azules y rojizos. El dragón y el ave, con gesto de asombro, contemplaron fascinados aquel prodigio. ¡Jamás habían visto nada tan hermoso!
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